La democracia de los ‘buskers’

Con una antigüedad de más de un siglo, 11 líneas, 274 estaciones y más de 400 kilómetros de vías, el metro de Londres es un símbolo emblemático de esta ciudad. Por sus pasillos circulan diariamente más de 3 millones de pasajeros, quienes se deleitan con las melodías de los músicos callejeros que albergan en algún rincón del pasaje.  Y es que los músicos callejeros o ‘buskers’ (como son denominados allí coloquialmente) son grandes artistas que han tenido que pasar una prueba para poder estar ocupando esa pequeña parcela de suelo donde practican su hobby o profesión.

La medida fue adoptada para evitar las peleas entre músicos por tocar en una misma parada y que los viajeros no tuvieran que aguantar a primera hora del día la música o la voz de algún aficionado. De esta forma a partir del año 2003 todos aquellos músicos que quieran tocar o cantar en alguna parte del metro tienen que pasar una prueba ante un jurado profesional para obtener una licencia que les permita ejercer esta práctica. Una vez obtenida la licencia el artista tiene derecho a deleitar a su público hasta dos horas en cada punto musical del metro. Así es como funciona la democracia de los ‘buskers’.

Esta forma de organización ha tenido mucha aceptación entre los músicos callejeros, ya que más de 400 músicos se ganan el pan de cada día tocando en el metro de Londres. De forma la capital inglesa se gana un poco más su fama de ciudad cosmopolita y ecléctica. Y es que es un modelo a seguir para muchas otras ciudades europeas como París o Barcelona, dos grandes urbes que implantaron esto posteriormente.

El talento y la originalidad de todos estos músicos hace que el metro se vista del color de la línea en la que se encuentran: desde el azul de Picadilly Line hasta el rosa de Hammersmith & City Line.

¡Un saludo musicanceros!

Ana Belén López

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