Tardes de flamenco en ‘La Claca’

Ahora que se aproximan tiempos fríos, de esos en los que la lluvia acompaña, y días en los que más vale arrinconarse en algún bareto a tomarse algo calentito, apetece mucho escaparse a un local como este. Y ya sabéis a lo que me refiero.

Tablao de 'La Claca'. FOTO: R. Hernández

Sin duda alguna,  el tablao flamenco ‘La Claca‘ (C/ San Vicente, 3) reúne las condiciones perfectas para tomarse algo en compañía de alguien y disfrutar en directo de un espectáculo  de danza. Y esto mismo hice yo el pasado domingo. Aprovechando el día gris y lluvioso que amaneció, me animé a poner algo de color al día acudiendo a un este café-teatro tan popular de Valencia. Nada más llegar, me confundieron con una turista alemana. ‘¿Sois los búlgaros? Es que dais el pego’, me dijeron poco después. Y es que, efectivamente, la mayor parte del público era extranjera, pero yo, ni corta ni perezosa, me adentré con mi entrada en la mano y me integré sin problemas como una más, quiero decir, como una más a quien le apasiona el flamenco en vivo, a pie de tabla.

Los artistas en el 'fin de fiesta'. FOTO: R. Hernández

Esta vez fue el turno de Irene ‘La Serranilla’, acompañada por Juan Rubio al cante y Willi Gómez a la guitarra flamenca. Todos ellos de Granada. Al principio, sonó el cante, algo agudo pero puro, emotivo, como gusta en el flamenco popular. La guitarra dio los primeros compases de unas Alegrías de Cádiz y ‘La Serranilla’ comenzó a seguir el ritmo con las palmas. Luego, vinieron los Tanguillos de Cádiz, la letra de un Martinete y, por último, unos Fandangos de Huelva. Ella se decantó primero por unas Alegrías, aunque luego vendría el zapateado de la Soleá, cuya rapidez y limpieza nos dejó a todos alucinados.

A continuación, os dejo un fragmento de ‘La Serranilla’ el pasado domingo 20 de noviembre bailando por Alegrías:

 

Desde mi punto de vista (y que alguien me corrija si me equivoco), simplemente el hecho de estar a menos de tres metros del bailaor/bailaora, una persona es capaz de comprender mejor la energía que desprende un artista subido a un tablao de este tipo. Para mí, se establece una conexión emocional muy importante entre bailaor y espectador que hace ponerse a una los pelos de punta. Y eso consiguió la artista cuando la vi. El soniquete de sus zapateados y los movimientos, unidos al compás siempre fiel de la guitarra española, me hicieron pensar una vez más cuánto le debemos a este arte, ahora Patrimonio de todos. Sin duda, una oportunidad ideal para disfrutar del flamenco en vivo y en directo, de la mano de profesionales que buscan en el público su mejor aliado para fusionarse y hacerse valer de sí mismos para transmitir algo tan fuerte como son los propios sentimientos.

No digo nada más. Seas guiri o no, padre o madre, flaco o gordo, clásico o español, os invito a todos a disfrutar de una tarde flamenca en ‘La Claca’ (domingos, a partir de las 20:30h), porque cuando sales de este local, haga frío o calor, sólo te apetece BAILAR.

¡Un saludo flamenco!

Raquel Hernández

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